Dos mujeres aparecen muertas en una bañera con signos de putrefacción de al menos seis semanas. El caso se vuelve misterioso cuando una posible testigo asegura haber visto a una de las víctimas apenas 48 horas antes del hallazgo.
El Juez Federal Raúl Casal es asignado al complejo caso, que desde un principio resulta demasiado intrincado.